No recuerdo en qué circunstancias pero sí que fue mi amigo David el que, hace ya varios años, me enseñó un vídeo que me encantó y que se perdió en el mismo anonimato en el que vino. Ni recordaba haberlo visto (para eso claro, tenía que volver a verlo) hasta que leí una entrada en el blog de Sam sobre los cortos de animación nominados este año al Oscar. Averigué, después de que el concepto y el estilo lo delataran, que uno de los nominados venía firmado por el mismo autor del primero. PES, que así se hace llamar Adam Pesapane, tardó cuatro meses en producir el más corto de los cortometrajes nominados al Oscar, Fresh Guacamole:
La estatuilla no se la llevó (fue para Paperman, de Disney), pero que un corto que no llega a dos minutos, a medio camino del videoarte y sin historia haya sido siquiera nominado, dice mucho de su encanto. Es difícil explicar de dónde viene su capacidad hipnótica. El juego de averiguar a qué ingrediente corresponde cada objeto, todos reconocibles y cotidianos, es en parte responsable (en su surrealismo, el universo de PES es muy coherente). El stop motion, impecablemente mezclado en el mundo real que proponen sus manos, y el igualmente minucioso diseño de sonido, hacen posible ese juego. PES convierte a Andy Warhol en algo divertido.
Mi momento preferido es cuando los dados blancos, procedentes de la pelota de béisbol, se hacen más pequeños a cada golpe de cuchillo; habiendo sido presentadas las reglas de este mundo de granadas por aguacates, la transformación de dados grandes en mini-dados se antoja, a cada corte, inevitable, y a la vez, supone una sorpresa. La armonía entre el finísimo diseño de sonido, el ritmo (¡esa pausa antes de cortar a una mano!) y el stop-motion (la fluidez de los dados al esparcirse) alcanza ahí su clímax. La primera vez que lo vi di un brinco, deslumbrado: “claro joder, ¡No podía ser de otra manera!”.
Western Spaguetti es el corto que me enseñó David. En una entrevista de Wired, PES habla sobre su proceso creativo:
Lo más difícil fue el casting para el ajo. ¿Qué puede ser el ajo? Tuve una valiosa idea: la manera en que presionas con el pulgar un diente de ajo hasta que se desprende me recordó a lo que hacíamos de niños en los 80 con el cubo de Rubik, cuando quitábamos el cubo de arriba con el pulgar y lo recolocábamos. Aunque un cubo de Rubik no se parece nada al ajo, así es como trabajo; deja algo que hacer al espectador, que establece la conexión sin que todo tenga que parecerse.